jueves, 22 de mayo de 2008

Los legisladores podrán tener la última palabra, pero el pueblo de México siempre tendrá la primera palabra: JAOP

* Discurso del secretario de Relaciones Políticas, José Agustín Ortiz Pinchetti, durante el foro de debate sobre la reforma energética, con el tema Principios que deben regir la reforma energética, realizado en el Senado
En primer término, hago a ustedes una aclaración pertinente: vengo en representación del Gobierno Legítimo de México a dar a conocer nuestra postura sobre el intento de violación a la Constitución para privatizar la industria petrolera nacional y a reiterar sobre nuestra propuesta para fortalecer a Pemex.
CAPÍTULO I
undamento constitucional que impide la privatización de la industria petrolera
El párrafo sexto del Artículo 27 constitucional, establece que: “Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos o de minerales radioactivos, no se otorgarán concesiones, ni contratos, ni subsistirán los que, en su caso, se hayan otorgado y la nación llevará a cabo la explotación de esos productos, en los términos que señale la ley reglamentaria respectiva”.
Este fragmento del Artículo 27 no formó parte del texto original de la Constitución de 1917, es consecuencia directa de la expropiación de los bienes de las empresas petroleras extranjeras, decretada por el Presidente Lázaro Cárdenas, el 18 de marzo de 1938, y de las reformas hechas al Artículo 27 constitucional, en 1939 y 1960.
El decreto de expropiación del 18 de marzo de 1938, concentro en la nación la propiedad de todos los bienes destinados a la industria petrolera. Esta propiedad a favor de la nación hizo posible que la industria petrolera, en todas sus etapas, quedara bajo su control.
Así ocurrió, tanto con la exploración, como con la extracción, la refinación, el almacenamiento, el transporte, la distribución del petróleo y de los hidrocarburos.
No obstante, con la precavida intención de evitar en el futuro malas interpretaciones legales a favor de intereses particulares y extranjeros, el Presidente Lázaro Cárdenas anunció, en su informe de gobierno de 1º de septiembre de 1938 al Congreso de la Unión, que enviaría una iniciativa de reforma constitucional para, según sus palabras,
“…que no vuelvan a darse concesiones del subsuelo en lo que se refiere al petróleo y que el Estado sea el que tenga el control absoluto de la explotación petrolífera”.
En virtud de esta reforma, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 9 de noviembre de 1940, se adicionó un párrafo al Artículo 27 Constitucional, cuya parte final dispuso que “tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, no se expedirían concesiones y la ley reglamentaria respectiva determinará la forma en que la nación llevará a cabo las explotaciones de esos productos”.
De esta suerte, la explotación de los yacimientos de petróleo y de más hidrocarburos en su sentido de acción y de efecto de sacar utilidad de la industria petrolera en exclusivo provecho propio de la nación, quedó reservada al Estado.
Pero ante las ambiciones de una minoría de potentados y las presiones internacionales, desde el gobierno del Presidente Manuel Ávila Camacho y al amparo de la ley reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en materia de petróleo, se evadió la prohibición constitucional de otorgar concesiones mediante los llamados “contratos de riesgo”, celebrados con empresas extranjeras que obtenían permisos para la exploración y la perforación de pozos petroleros en grandes áreas del territorio nacional.
Por esta razón, el Presidente Adolfo López Mateos promovió una nueva reforma al Artículo 27 Constitucional, para agregar a su párrafo sexto, que no se otorgarían concesiones “ni contratos, ni subsistirán los que se hayan otorgado”.
La mencionada reforma tuvo, pues, el propósito obvio de terminar con la indebida práctica de eludir la prohibición constitucional de concesionar la explotación de los yacimientos petrolíferos, mediante la celebración de contratos a las empresas privadas, extranjeras y mexicanas, que realizaban actividades de explotación, constitucionalmente reservadas al Estado.
Actualmente, es precisamente este mandato constitucional el que pretende violarse con las iniciativas enviadas al Senado de la República, por el presidente usurpador, Felipe Calderón.
Por ejemplo, en la Iniciativa de Ley para la Creación de la Comisión del Petróleo, en el Artículo 3º, se dice que corresponde a dicha comisión:
“Otorgar y revocar los permisos para la ejecución, funcionamiento y desmantelamiento de obras y trabajos relacionados con la exploración y explotación de hidrocarburos”.
Así mismo, en la Iniciativa de la Ley Orgánica de Pemex, propuesta por Calderón en su Artículo 46, se establece que:
“Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios podrán celebrar contratos en los que se pacte una remuneración fija o variable, determinada o determinable, con base en las obras y servicios especificados al momento de la contratación o que el desarrollo del proyecto exija con posteridad.
Petróleos Mexicanos podrá condicionar a que el proyecto genere ingresos para cubrir los costos correspondientes, y podrá pactar incentivos pendientes a maximizar la eficacia o éxito de la obra o servicio, los cuales serán pagaderos únicamente en efectivo”.
También, en las reformas a la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el ramo del petróleo, se plantea la apertura a la inversión privada de actividades de la industria petrolera, hasta ahora reservadas en exclusiva al Estado mexicano.
Las iniciativas de reforma y adiciones a esta ley, dejan fuera de la exclusividad del Estado
“el transporte y el almacenamiento (del gas), indispensables y necesarios para interconectar su explotación y elaboración”, también excluye la distribución y ventas de primera mano “de aquellos derivados del petróleo y del gas que sean susceptibles de servir como materias primas industriales básicas y que constituyen petroquímicos básicos”.
De igual manera, la propuesta del nuevo Artículo 4º de esta ley, establece que “Petróleos Mexicanos, sus organismos subsidiarios y los sectores social y privado, previo permiso, podrán realizar las actividades de transporte, almacenamiento y distribución de gas, de los productos que se obtengan de la refinación del petróleo y de petroquímicos básicos”.
Además se propone que “Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios, podrán contratar con terceros los servicios de refinación de petróleo…”, y también se consigna que las personas “que pretendan realizar o prestar los servicios a los que se refieren los dos párrafos anteriores, podrán construir, operar y ser propietarios de ductos, instalaciones y equipos”.
En suma, es evidente que las iniciativas de ley propuestas por Felipe Calderón, son violatorias de la Constitución y obedecen a los mismos intereses creados, que desde la expropiación del petróleo han estado al acecho para consumar el gran atraco de la privatización de la industria petrolera nacional.
Al respecto, sólo quisiera agregar que es lamentable, por inmoral, la actitud que han asumido los defensores de dichas reformas, al estar sosteniendo de manera cínica que estas modificaciones legales no pretenden violar la Constitución, ni privatizar la industria petrolera.
CAPÍTULO II
Las iniciativas de Calderón cancelan la posibilidad de utilizar de manera integral al sector energético como palanca del desarrollo nacional También es necesario señalar que al otorgarse permisos a extranjeros y privatizar la exploración, la perforación, la refinación, la petroquímica, el transporte, los ductos y el almacenamiento de petrolíferos, se dejaría a Pemex como simple administradora de contratos y abastecedora de petróleo crudo.
Nos quieren quitar la posibilidad de utilizar todo el potencial del sector energético para llevar a cabo el desarrollo económico independiente que necesita nuestro país.
Nos quieren condenar a que sólo vendamos materia prima y nunca podamos utilizarla para producir nosotros mismos la gasolina, los productos petroquímicos y la energía eléctrica, y con ello, industrializar a México, crear empleos, fortalecer nuestro mercado interno, reducir los precios al consumidor del gas, la luz y las gasolinas, y sobre todo, elevar los niveles de bienestar de nuestro pueblo.
CAPÍTULO III
Entrega de la Soberanía Nacional Por si fuese poco, con el nuevo marco legal propuesto por Calderón, se compromete gravemente la soberanía nacional, al aceptarse la obligación de acudir, en caso de controversias con empresas extranjeras a tribunales internacionales.
Por ejemplo, en la Iniciativa de la Ley Orgánica de Pemex, en el Artículo 44, se dice que “Cualquier controversia relacionada con la licitación, adjudicación o ejecución de los contratos, deberá resolverse conforme a las leyes de los Estados Unidos Mexicanos y someterse a la jurisdicción de los tribunales competentes de México o a tribunales arbitrales nacionales o internacionales”.
Así mismo, en el Artículo 49, se establece que “Tratándose de actos jurídicos de carácter internacional, Petróleos Mexicanos o sus organismos subsidiarios, podrán convenir la aplicación de derecho extranjero, la jurisdicción de tribunales extranjeros en asuntos mercantiles y celebrar acuerdos arbitrales, cuando así convenga al mejor cumplimiento de su objeto”.
Tengamos presente que si perdemos la soberanía, como sueñan los entreguistas, será muy difícil, por razones geopolíticas, recuperar el dominio de la nación sobre nuestros recursos energéticos.
¿Cuánto faltaría entonces para dejar de ser un país y convertirnos en colonia? ¿Acaso queremos que los gobernantes sean una burocracia al servicio de los intereses externos? De estas dimensiones es el riesgo actual de volver a abrir las puertas a compañías extranjeras.
CAPÍTULO IV
El imperio de la corrupción Aunque todos sabemos que el principal problema de Pemex es la corrupción, Felipe Calderón en vez de llevar a cabo acciones para enfrentarla, plantea en sus iniciativas la creación de un régimen de excepción para alentarla y legalizarla.
En la Iniciativa de la Ley Orgánica de Pemex, de manera abierta y descarada, se propone que Calderón nombraría a los integrantes del Consejo de Administración de Pemex, y estos incondicionales o presta nombres, tendrían facultades para no llevar a cabo licitaciones públicas y entregar contratos de obras y servicios por asignación directa a sus empresas favoritas.
Además, podrían actuar sin informar a la sociedad, sin rendir cuentas a nadie, sin estar sujetos al régimen de responsabilidades como cualquier otro servidor público.
También podrían conceder a su arbitrio, sueldos fuera del presupuesto, autorizar incentivos adicionales a funcionarios y empresas, y contratar deuda pública sin la autorización del Congreso.
Por ejemplo, en el Artículo 8º, se proponen como miembros del Consejo de Administración, a cinco representantes del cuestionado sindicato de trabajadores petroleros, y tanto ellos como los diez restantes y el Director General de Pemex, tendrían el privilegio de la impunidad, porque según el Artículo 37 de dicha Iniciativa:
“Petróleos Mexicanos contratará en favor de los miembros del Consejo de Administración y del Director General, los seguros, fianzas o cauciones, que cubren el monto de las posibles indemnizaciones por los daños o perjuicios que llegaren a causar a dicho organismo y sus organismos subsidiarios”. Se trata ni más ni menos de legalizar la impunidad, de algo así como un blindaje jurídico para futuros pemexgates.
CAPÍTULO V
Más burocracia de cuello blanco En las cinco iniciativas que se proponen es notoria la creación de consejos, comisiones y comités que engrosarán aún más la alta burocracia existente en todo el sector energético.
No hay nada en las iniciativas de Calderón para dotar a Pemex de geólogos, ingenieros petroleros o técnicos especializados para labores operativas, sino sólo se habla de la contratación de financieros y administradores. Simplemente es crear una superestructura tecnocrática.
Las funciones importantes dependerán del consejo, de comités y de la Comisión del Petróleo. Inclusive, el director general de Pemex se quedaría como un simple adorno, como un florero.
Al mismo tiempo, se trata de un aparato centralizado, donde todo dependería de Calderón y de la secretaria de Energía.
Como ya dijimos, Calderón nombra a los consejeros, la presidenta del Consejo es la secretaria de Energía, que tiene voto de calidad en caso de empate y propone al secretario del Consejo.
Además, se crean tres comités con tres consejeros cada uno: el Comité de Transparencia, el Comité de Estrategia e Inversiones y el Comité de Remuneraciones.
A estos consejeros los propone la secretaria de Energía.
A su vez, el Comité de Transparencia designa al auditor externo y decide sobre la contratación de otros auditores.
El Comisario de Pemex será nombrado también por el Ejecutivo Federal y dependerá de la secretaria de Energía.
Todos estos órganos, tanto el Consejo de Administración como los tres comités y el director general, tendrán por ley estructuras burocráticas y los sueldos de estos funcionarios públicos, serán fijados de acuerdo con el “mercado laboral”.
Además, se propone crear la Comisión del Petróleo, integrada por cinco comisionados, quienes serán propuestos también por la secretaria de Energía y en la misma iniciativa de ley se establece, en su Artículo 4º Transitorio, que “la Cámara de Diputados, a propuesta del Ejecutivo Federal, asignará a la Secretaría de Energía, los recursos presupuestarios necesarios para la debida consecución del objetivo de la Comisión del Petróleo y, en su caso, se establecerán los derechos correspondientes para su financiamiento en la ley respectiva”.
En fin, una maraña burocrática, discrecional, onerosa, que hará aún más ineficiente y corrupta, toda la operación de Pemex.
Senadoras y senadores: Como es lógico, nosotros nunca aceptaríamos semejante agravio al pueblo de México y a la nación. Hablemos claro: las iniciativas de Calderón, no tienen el propósito de fortalecer a Pemex, sino de entregar la industria petrolera nacional a los grandes tiburones de las aguas profundas del mundo de los negocios.
CAPÍTULO VI
Nuestra propuesta La propuesta que nosotros hemos venido haciendo para fortalecer al sector energético es completamente distinta a la del gobierno usurpador y sus aliados.
Nosotros no planteamos ni permitiremos nada que signifique violar la Constitución; privatizar la industria petrolera; comprometer la soberanía nacional; cancelar la posibilidad de utilizar al petróleo como palanca del desarrollo nacional y agravar la corrupción en Pemex y en el gobierno.
Nuestra propuesta se sustenta en cinco lineamientos básicos:
1. Que se destinen todos los excedentes por precios altos del petróleo al fortalecimiento de Pemex para ser invertidos en exploración, perforación, refinación, petroquímica, mantenimiento y construcción de ductos e instalaciones petroleras, así como para el desarrollo tecnológico.
Estos excedentes, significarán para este año 20 mil millones de dólares adicionales, que al ser entregados a Pemex representarían más del doble del presupuesto actual de este organismo público. Sólo agregamos que desde el gobierno de Vicente Fox no hay transparencia ni se conoce el destino de estos recursos.
2. Que se fortalezca al Instituto Mexicano del Petróleo para llevar a cabo, entre otras actividades, todas las investigaciones para la exploración de petróleo en tierra y en aguas someras, fundamentalmente en el sureste, donde realmente existen reservas posibles y probables, hasta para 20 años en adelante.
3. Que el Consejo de Administración de Pemex reduzca su número de miembros que dependen del Ejecutivo Federal y del Sindicato, y en su lugar el Congreso elija, por consenso de todos los partidos a representantes de la sociedad civil, de inobjetable honestidad, cuya tarea primordial sería evitar la corrupción en los contratos públicos, el conflicto de intereses y el tráfico de influencias.
4. Que se fortalezcan las áreas sustantivas de Pemex para atender sobre todo los problemas operativos que tienen que ver con la disminución de la producción en la Sonda de Campeche, donde no sólo se extrae menos petróleo crudo por la declinación del yacimiento Cantarell, sino también por problemas de contaminación de nitrógeno y de agua, que ha llevado a cerrar 80 pozos y a quemar a la atmósfera alrededor de 700 millones de pies cúbicos diarios de gas, por falta de inversión y negligencia de los anteriores y actuales directivos de Pemex.
5. Que se reunifique Pemex en una sola empresa del Estado, revirtiendo su división artificial en diferentes subsidiarias, para manejar de manera integral todo el sector energético, desde la extracción del crudo y gas hasta la refinación y la petroquímica y para aprovechar toda la cadena de valor que permita impulsar la generación de electricidad y el desarrollo económico independiente que necesita el país y el bienestar del pueblo de México.
En unos días más, presentaremos a la opinión pública nuestra propuesta de manera detallada.
Por último, solicitamos a ustedes senadoras y senadores, que se contemple y analice desde ahora la posibilidad de llevar a cabo una consulta directa al pueblo de México sobre el tema del petróleo.
Como hemos venido afirmando, es posible que la última palabra sobre las reformas energéticas la tengan los legisladores, pero la primera palabra siempre la tendrá el pueblo de México.

Ni Calderón ni la derecha panista podrán privatizar el patrimonio nacional, ni con el apoyo de Salinas, afirma AMLO

* El equipo que representa la defensa del petróleo avanza tres carreras a cero sobre el equipo de los privatizadores, informa
* Debe someterse a consulta popular la denominada reforma energética, porque el pueblo tiene la primera palabra, demanda
* Subraya que el gobierno espurio de Felipe Calderón no debe intervenir en la vida interna de los sindicatos Andrés Manuel López Obrador aseguró que la derecha panista no podrá arrebatarle al pueblo de México su patrimonio nacional, aunque Carlos Salinas apoye a Felipe Calderón en su intento de privatizar el petróleo y el mismo presidente pelele llame al Congreso de la Unión a aprobar la llamada reforma energética.
Sostuvo que con la primera etapa de la resistencia civil pacífica se logró que los legisladores del PRI y del PAN se sentaran a debatir con los legisladores del Frente Amplio Progresista la propuesta del gobierno usurpador, que tiene la intención de entregar el hidrocarburo a compañías multinacionales petroleras.
Con expresiones propias del llamado rey de los deportes, hizo un balance de los foros sobre la reforma energética.
“Hay quien dijo que la discusión de los debates no es un partido de fútbol, sin embargo es un asunto de béisbol, en donde la representación del movimiento en defensa del petróleo va ganando tres carreras contra cero del equipo de los privatizadores”, aclaró.
Luego, el presidente legítimo de México manifestó que el equipo de los privatizadores es semejante a los yanquis de Nueva York, porque ambos tienen una nómina que cuesta mucho, con peloteros muy caros, pero se encuentran en el último lugar de la serie y así van a seguir.
Al conceder una entrevista a los medios de comunicación López Obrador reiteró su llamado a convocar a una consulta popular al pueblo de México, para conocer su rechazo o aprobación sobre la llama denominada reforma energética.
El pueblo debe ejercer su derecho a manifestarse, mediante una consulta directa, porque siempre tendrá la primera palabra, aunque los legisladores tengan la última palabra, puntualizó.
A pregunta expresa de los comunicadores, sostuvo que debe haber democracia en los sindicatos mineros del país y demandó que el gobierno espurio de Calderón Hinojosa no intervenga en asuntos internos de cada representación.
Ante los brigadistas de Monclova, denunció que sí el gobierno usurpador privatiza el petróleo México se convertirá en una colonia en vez de permanecer como un país libre y soberano.
“Si el atraco a la Nación se consuma, apuntó, no hará falta un presidente de la República, sino más bien se necesitará un gerente que se encargue de atender los asuntos de las minorías”.
Los derechistas corruptos mienten al decir que no hay dinero para modernizar a Pemex, porque la verdad es que el gobierno apócrifo recibe 20 mil millones de dólares por concepto de excedentes, producto de los altos precios del petróleo en el mercado mundial.
Resaltó que el gobierno panista quiere “realmente quiere cambiar las leyes secundarias, para permitir la entrada de empresas extranjeras a la industria petrolera”.
Destacó que el petróleo no se debe privatizar porque el hidrocarburo puede convertirse en palanca del desarrollo nacional, para generar el empleo que demandan millones de mexicanos.
Comentó que Petróleos Mexicanos, a pesar de su mala administración y corrupción en todos los niveles, es una de las principales fuentes de financiamiento del desarrollo social del país.
Tanto en Monclova como en Saltillo, López Obrador invitó a los brigadistas a participar el próximo 29 de junio a la asamblea nacional que se realizará en el Zócalo de la Ciudad de México, en donde se evaluarán los resultados del movimiento nacional en defensa del petróleo.
Para mañana, el presidente legítimo de México acudirá a Monterrey, Nuevo León, así como a Reynosa y Ciudad Victoria, Tamaulipas.

Presenta Sheinbaum propuesta para transformar Pemex, sin privatizarlo

* Discurso de la secretaria del Patrimonio Nacional, Claudia Sheinbaum Pardo, durante el foro de debate sobre la reforma energética, con el tema Principios que deben regir la reforma energética, realizado en el Senado
Claudia Sheinbaum Pardo: Propuesta alternativa para fortalecer y desarrollar el sector energético sin privatización.
Quiero comenzar mi intervención agradeciendo a los legisladores del Frente Amplio Progresista y a las mujeres y hombres brigadistas en defensa del petróleo por haber abierto este debate.
El martes pasado, en este foro, el licenciado Ortiz Pinchetti, como secretario del Gobierno Legítimo, informó que presentaríamos una propuesta alternativa de fortalecimiento del sector energético.
El día de hoy, en el mismo carácter, vengo a presentarla. Las iniciativas de reforma y creación de nuevas leyes y entidades presentada por Felipe Calderón, presidente espurio, incluida la presentada el día de ayer, tiene como propósito central privatizar áreas estratégicas de la industria petrolera nacional, violando la Constitución.
Este plan entreguista obedece a los lineamientos de los organismos financieros internacionales que han obligado a países en desarrollo a aplicar una política de reformas donde se privilegia la ganancia privada sobre el desarrollo independiente y el bienestar de la mayoría del pueblo.
Aún así, la privatización que se propone va en sentido contrario a lo que está ocurriendo en el mundo en materia de empresas petroleras, donde la orientación es cada vez más hacia el control estatal y mayor integración vertical. No sólo es el caso de América Latina, sino de Rusia, Europa y Medio Oriente.
No sólo eso, en la concepción del gobierno de facto, sustentada en la iniciativa presentada en el Senado y las prospectivas del sector energético, las metas para la industria petrolera nacional siguen siendo la sobreexplotación del recurso, la importación de los hidrocarburos y el desmantelamiento de la empresa pública.
Contrario a esta visión, nuestra propuesta corresponde a una política energética integral soberana que visualiza al sector energético nacional como motor de la economía, fortalece a PEMEX, promueve la seguridad en el suministro de energéticos, disminuye las importaciones, aumenta las reservas, promueve el uso racional de los hidrocarburos y las fuentes renovables de energía, disminuye los precios de los energéticos y la electricidad y busca cubrir las necesidades energéticas básicas para la población.
La propuesta que a continuación presento, que viene trabajándose desde hace tiempo, consta de cinco líneas estratégicas para el fortalecimiento del sector energético, principalmente el de los hidrocarburos, no se requieren grandes reformas jurídicas para llevarla a cabo, más bien es un asunto de voluntad política y visión de soberanía.
Uno, PEMEX como motor de la economía nacional.
Convertir a PEMEX en motor de la economía nacional significa que éste aproveche las oportunidades de cada uno de los procesos, desde la exploración hasta la comercialización de los productos.
Si PEMEX garantiza un abastecimiento adecuado de productos con certidumbre de volúmenes y precios competitivos, no sólo se fortalece a la entidad pública sino se genera un impulso a la actividad industria nacional.
Esto es así por la gran ventaja competitiva que es de disponer de granares reservas, contar con una empresa integrada con una experiencia de 70 años de operación y por la derrama económica que las nuevas inversiones generarían.
La aseveración oficial de que PEMEX no tiene capacidad técnica para mantenerse eficientemente en la industria contradice estos 70 años de experiencia.
Que hoy PEMEX tenga problemas operativos, financieros y de eficiencia que no le permiten aprovechar estas oportunidades es un problema muy diferente que corresponde a una política deliberada de desmantelamiento y descapitalización que lleva al menos dos décadas.
El reto es revertir la desintegración de la cadena de valor, misma que nos obliga a importar el 40 por ciento de gasolinas, el nueve por ciento del diesel , el 15 por ciento del gas LP y 15 por ciento del gas natural, que representan una erogación de más de 20 mil millones de dólares anuales.
Al argumento oficial que se sostuvo durante años, incluidos el gobierno panista, de que estas importaciones no tienen mayor importancia mientras las podamos comprar fuera, nosotros respondemos que los petrolíferos deben elaborarse en México con inversión y operación de PEMEX porque representan valor agregado, empleo, ingeniería y desarrollo tecnológico, así como certidumbre en la disponibilidad de los productos.
Al argumento de que estas instalaciones deben ser privadas nosotros respondemos que los ingresos de los empresarios privados para construir, operar la refinación, transporte y almacenamiento, vendrían de la misma fuente que para PEMEX: es decir, la venta de hidrocarburos en el mercado nacional.
Sin embargo, la ventaja económica de que estas instalaciones las construya y opere PEMEX es que ésta cuenta con experiencia, materia prima, puede manejar de manera integral todo el proceso de industrialización petrolera y lo más importante, PEMEX utilizaría las ganancias para su fortalecimiento y el beneficio del país en vez de que éstas se quedaran en unas cuantas manos privadas.
Para lograr este objetivo proponemos: A) Reintegrar a PEMEX como una sola entidad y no como está ahora, dividida en subsidiarias y filiales.
Esto permitirá establecer una política de planeación integral, revertir el sistema de precios interorganismos que ha dañado tanto la inversión y la competitividad de la empresa, y evitar la duplicidad de gastos administrativos y burocráticos.
También proponemos una mayor integración energética entre PEMEX, Comisión Federal y Luz y Fuerza del Centro, a través, de entre otras acciones, sustentar parte del crecimiento de la generación eléctrica en el uso de los derivados pesados, utilizando nuevas tecnologías que disminuyen los impactos ambientales.
Esto permitiría reducir el costo de la electricidad y las importaciones de gas. El incremento en la generación eléctrica debe sustentarse también en otros fuentes de energía, como las renovables.
La decisión de seguir usando gas natural es totalmente irracional y en gran medida obedece a negocios de los más altos funcionarios del sector energético que se evidencian en los contratos de compra de gas a Perú, Nigeria, de bajo costo pero vendido a la Comisión Federal a precios mucho más altos.
B) Generar un nuevo sistema de preciso dentro del sector energético.
Este sistema debe de estar sustentado en el costo de producción y la renta petrolera nacional y no como actualmente se establece, con los precios de los hidrocarburos en los Estados Unidos.
Debemos construir los precios con base en el costo de producción de crudo y gas natural, con el objetivo de maximizar el valor y el uso de la infraestructura y los activos existentes, además, esto permitirá reducir los precios de los hidrocarburos y la electricidad a la población.
Bajo esta premisa, se harían altamente rentables de inmediato las actividades de refinación y petroquímica de PEMEX, tanto las actuales como las nuevas inversiones que apoyarán las diversas ramas industriales del país.
Dos, canalizar el grueso de los excedentes presupuestales del petróleo hacia PEMEX y que el Estado asuma la deuda de Pidiregas para liberar a PEMEX de su carga fiscal.
Proponemos una nueva política de asignación de prioridades presupuestales mediante la cual todo el excedente presupuestal petrolero que hoy no se sabe a dónde va y que hoy no se reparte a los estados y municipios sea invertido en el sector energético.
Estimamos este potencial en 2008 es de 200 mil millones de pesos.
Al disponer de 150 mil millones de pesos anuales, el total de excedentes menos las aportaciones a estados y municipios, que son adicionales a lo que hoy se invierten en PEMEX, se podrían asignar cantidades específicas a las diversas áreas, que de acuerdo con las necesidades pudiesen, en una primera propuesta, quedar como sigue: 40 mil millones de pesos a exploración de petróleo crudo, 20 mil millones de pesos a producción de crudo, 50 mil millones de pesos a inversión en refinación, 10 mil millones a inversión en petroquímica, 20 mil millones en mantenimiento e inversión de ductos y almacenamiento, y 10 mil millones en investigación y desarrollo de hidrocarburos y nuevas fuentes de energía.
Sólo para dar un ejemplo, la inversión anual en refinación para los próximos seis años, para dejar de importar hidrocarburos debería de ser de alrededor de 30 mil millones de pesos anuales. 150 mil millones, todos los excedentes que se destinarían a PEMEX significarían la inversión en refinación para los próximos cinco años.
Reiteramos que lo anterior se suma a la inversión que hoy se está haciendo en PEMEX y que se concentra fundamentalmente en producción en campos ya existentes y desarrollados y en la exploración de gas en el norte.
La utilización de excedentes en actividades estratégicas permitiría invertir en proyectos urgentes, sobre todo para mantener la producción de crudo en campos existentes y recuperar reservas; este esfuerzo es factible dirigirlo principalmente a las aguas someras y tierra, en donde tenemos, cuando menos, y de acuerdo con PEMEX, 45 mil millones de barriles de reservas probadas, probables y posibles.
Un esfuerzo sostenido en estos campos, así como la investigación y desarrollo en nuevas áreas, a lo largo de varios años, nos daría, eventualmente, la capacidad tecnológica y la capacidad de negociación en la compra o renta de la tecnología que fuera necesarias para emprender en su momento y cuando sea necesario la exploración y producción en mayores profundidades.
Este volumen de inversión es factible por los altos precios del crudo, entendiéndose que su desembolso debe hacerse en la medida de la capacidad de ejecución de proyectos por parte de PEMEX y asegurando que estos fondos excedentes se le destinen con independencia de las limitaciones programables anuales.
Conviene señalar que la fórmula con la que actualmente se proyecta el precio del petróleo en el Presupuesto de Egresos de la Federación permite que se generen estos excedentes que para los próximos años deberán ser destinados en la misma proporción a los estados y municipios y a PEMEX.
En caso de que el barril de petróleo registre una baja en el mercado internacional, proponemos que se reduzca el gasto corriente suntuario como las remuneraciones excesivas del gobierno federal en una proporción tal que se compense con la caída de los ingresos petroleros.
Por otro lado, la deuda de Pidiregas de todo el sector energético a diciembre de 2007 era de 62 mil millones de dólares, de los cuales cerca de 50 mil corresponden a PEMEX y el resto a Comisión Federal.
Esta deuda, que resulta sumamente cara porque está financiada por los contratistas privados, dadas las restricciones presupuestales que le impone
Hacienda a PEMEX está frecuentemente inflada pues incluyen costos que los contratistas agregan simplemente para asegurarse que sus operaciones son rentables, por ello este no puede seguir siendo el esquema de financiamiento en las inversiones del sector energético.
Cabe mencionar también que parte de los recursos que PEMEX ha dado al gobierno han servido para aumentar las reservas del Banco de México, que ya están rondando los 85 mil millones de dólares.
Estos recursos los invierte el Banco en instrumentos que le dan tasas del cinco por ciento anual, mientras en cambio los pidiregas tiene un costo de aproximadamente el doble.
Sin embargo, para la deuda contraída previamente a través de Pidiregas ésta debe ser absorbida por el Estado, afirmamos que la deuda contratada por PEMEX es, ante todo, una deuda del país y del Estado y éste debe sumir esas obligaciones.
Primero, para liberar a PEMEX de los fuertes vencimientos de Pidiregas en los próximos años y, segundo, para reducir el costo efectivo de sus servicio.
Esta propuesta liberaría a PEMEX de una pesada carga financiera con ahorros potenciales de dos mil 500 millones de dólares en intereses y también daría una señal inequívoca a los mercados financieros internacionales de que en materia petrolera la nación es garante de PEMEX y se mantiene como empresa de la nación y que estamos comenzando a poner la casa en orden en materia de deuda.
Tres, fortalecimiento de las áreas estratégicas de PEMEX. La contratación de empresas transnacionales para la ingeniería y ejecución de proyectos que viene realizando PEMEX junto con los Contratos de Servicios Múltiples, actividades que las iniciativas oficiales pretenden ampliar, incluida la que se presentó ayer, han ido disminuyendo las capacidades operativas y tecnológicas de PEMEX, vulnerando la verdadera autonomía y la gestión de PEMEX y por ello, deben establecerse acciones de fortalecimiento de las capacidades sustantivas de la empresa, basadas en el desarrollo de la ingeniería nacional.
Además, las propuestas de Calderón no atiende los problemas operativos de PEMEX que impiden una mayor productividad en la entidad.
Por ejemplo, al sólo interesarles hacer negocios para beneficio de grandes empresas y algunos funcionarios públicos prefieren comprar el gas a precios muy elevados que resolver problemas de operación para evitar que 700 millones de pies cúbicos de gas natural se quemen diariamente en la sonda de Campeche, los cuales equivalen al 30 por ciento de lo que se utiliza actualmente para la generación eléctrica.
Por eso, nuestra propuesta consiste en fortalecer las áreas sustantivas de PEMEX y la ingeniería nacional, dotándolas de recursos y enfrentando la negligencia.
De manera específica proponemos lo siguiente: Resolver el problema de la contaminación del gas y crudo con nitrógeno que ha originado el cierre de 80 pozos, o al menos 80 pozos, los cuales en promedio, de acuerdo con los propios ingenieros de PEMEX, arrojarían en conjunto una producción de 500 mil barriles de petróleo crudo diarios.
Cabe mencionar que el cierre de dichos pozos y la quema de gas en la atmósfera es producto de la negligencia en la construcción de una planta de separación entre gas y nitrógeno que debería haber estado en operación desde 2002. Repito, el cierre de 80 pozos que nos darían una producción de 500 mil barriles diarios y la quema de 700 millones de pies cúbicos en la atmósfera son producto de la negligencia en la construcción de una planta de separación entre el gas y el nitrógeno que debería haber estado en operación desde 1992.
Asimismo, intensificar la actividad exploratoria en la totalidad del territorio nacional, sólo hemos explorado el 20 por ciento, que permitiría incrementar el ritmo de reposición de reservas de bajo costo, en particular intensificación y desarrollo de las actividades exploratorias en aguas someras donde PEMEX es líder mundial en tecnología de producción en las áreas de Coatzacoalcos Marino, Campeche poniente y región marina suroeste, así como en las áreas de crudo de Ku-Mallob-Zaap y Sihil, donde se encuentra la mayor parte de estas reservas.
La reactivación de la explotación de campos maduros, hay que decir que cerca del 48 por ciento de la producción mundial proviene de dichos campos, a través del desarrollo de tecnología de recuperación mejorada donde tenemos actualmente más de mil pozos con posibilidades de aportar importantes volúmenes de hidrocarburos.
Intensificar la exploración, desarrollo y producción en la Cuenca de Burgos pero no bajo el esquema de Contratos de Servicios Múltiples, así como las posibilidades en Veracruz, en Block Holok poniente del proyecto del Golfo de México B. Aumentar la capacidad de refinación en Salina Cruz y Minatitlán y construir tres nuevas refinerías que tentativamente podrían estar una en Tuxpan para aprovechar la construcción de puertos por donde entra la gasolina importada, Atasta, Campeche y Dos Bocas, Tabasco, para aprovechar el crudo que se produce en estas zonas.
Cuatro, fortalecer la investigación y el desarrollo tecnológico en la producción y uso de la energía, con la vinculación entre PEMEX, el Instituto Mexicano del Petróleo y otras entidades públicas, planeación, inversión y desarrollo para la transición energética.
El Instituto Mexicano del Petróleo debe volver a jugar un papel importante en la investigación y desarrollo de tecnología, como institución rectora en la investigación y desarrollo en hidrocarburos, generando concordancias con otras instituciones. Entre el IMP y PEMEX debe haber una gran constante sinergia.
El IMP es formador de técnicos y científicos que a la larga van a dar a PEMEX un horizonte nuevo de posibilidades tecnológicas.
También debe establecerse programas permanentes de investigación y desarrollo con la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto de Investigaciones Eléctricas y otras instituciones públicas de educación superior e investigación, así como en el desarrollo de fuentes rentables de energía, el ahorro y el uso eficiente de la energía y al disminución de impactos ambientales.
El IMP y las instituciones públicas de educación e investigación deben salir fortalecidazas de una reforma energética, nuestra propuesta se sustenta en utilizar y potenciar la ingeniería y la ciencia mexicana. La propuesta oficial es que esta investigación se haga en el extranjero por empresas privadas.
Asimismo, el país debe consolidar su sector petrolero pero también debe ir desarrollando paralelamente fuentes alternas de energía que disminuyan la dependencia del consumo de los hidrocarburos, minimicen los impactos ambiéntales y promuevan un uso eficiente y racional de los recursos.
En esta perspectiva deben canalizarse recursos para la investigación y desarrollo tecnológico de estas fuentes, pero también debe reorientarse la planeación energética para ir incorporándolas.
Esto generará un uso racional del petróleo que incluso permitirá una vida más larga de las reservas.
Cinco, garantizar el funcionamiento de un Comité Anticorrupción en el Consejo de Administración de PEMEX. Todos los mexicanos sabemos que uno de los principales problemas de PEMEX es la corrupción, tan sólo baste mencionar los casos del Pemexgate, Juan Camilo Mouriño, Repsol y los Bribiesca.
De nada sirve, como lo hace la propuesta oficial, copiar modelos de rendición de cuentas y de gobierno empresarial de la legislación extranjera que nada tienen que ver con la realidad de la entidad pública mexicana y al mismo tiempo crear un régimen de excepción para entregar contratos por asignación directa a sus empresas favoritas.
Por ello, proponemos que además de los actuales mecanismos de auditoría de PEMEX, como su propia contraloría y la Auditoría Superior de la Federación, como parte del Consejo de Administración de PEMEX se forme un Comité Anticorrución con la tarea primordial de vigilar los contratos públicos, el conflicto de intereses y el tráfico de influencias.
Este comité debe formarse con ciudadanos mexicanos con los antecedentes profesionales y éticos suficientes que les den plena independencia de criterio de PEMEX y del Ejecutivo.
Su nombramiento debe recaer en el Congreso, de forma condensada, y formalizarse a través de un riguroso proceso de selección.
Legisladores, amigas y amigos, señoras y señores, la propuesta integral que hoy presentamos representa una visión radicalmente distinta a la visión oficial, a la visión que presentaron las iniciativas del señor Calderón, la nuestra está sustentada en una visión nacional, de crecimiento económico, fortalecimiento de las instituciones públicas y soberanía nacional, una política de planeación y desarrollo energético soberanos, son posibles.
Tenemos los recursos económicos, tenemos las capacidades humanas, sólo resta la voluntad política. Muchas gracias.