martes, 7 de diciembre de 2010

Regeneración No.12 Diciembre

regeneracion12 - Diciembre

El recuento de los daños







Al cumplir diez años en Los Pinos, el presidente Felipe Calderón descorcha la botella de champaña. Pero algunas de sus burbujas de cifras alegres se estrellan contra la realidad. No todo el tiempo pasado fue peor. Reporte Indigo revisa los números de los gobiernos de Fox y Calderón.




Cerca de dos terceras partes de mexicanos viviendo en pobreza”.

“Una tercera parte de la población sin oportunidad de crecer y desarrollarse por no haber terminado una educación mínima”.

“Durante este sexenio se habrá incrementado la pobreza en 6 millones”.

“Un desarrollo regional profundamente desequilibrado y un campo sumergido en la marginación”.

“Una de las peores distribuciones del ingreso del mundo”.

“Una impunidad sin límites”.

“Un serio problema de narcotráfico”.

“Los primeros lugares mundiales en corrupción”.

“Un medioambiente severa e irremediablemente afectado”.

“Una tasa de crecimiento promedio anual del PIB real de apenas 2.5 por ciento en los últimos 18 años”.



Estas citas son parte del diagnóstico que hizo Vicente Fox en el año 2000, cuando apenas era el candidato del PAN a la Presidencia de la República.

En ese entonces, culpaba a los gobiernos priistas de aquel desastre.

“Los mexicanos sabemos mejor que nadie que estos resultados no fueron causados por un fenómeno natural; que si la política económica y la política social hubiesen sido otras, hoy no tendríamos ni la desocupación ni la pobreza que tenemos”, señaló al hacer una radiografía del país.

De ahí que sólo sacando al PRI de Los Pinos, la economía mexicana podría “crecer al 7% por ciento. El mínimo indispensable para dejar de acumular rezagos históricos”.

Esto lo reiteraba Fox frecuentemente en sus discursos.

Parael candidato del PAN, crecer al 7 por ciento era “el mínimo indispensable para generar el millón 300 mil empleos que el país demanda y requiere”.

Sus promesas convencieron a la mayoría de los mexicanos. Tomó posesión como presidente el 1 de diciembre de 2000. Justamente hace 10 años.

Seis años después, el panista Felipe Calderón lo relevó en el cargo. El PAN permaneció en Los Pinos.

Esta semana, Acción Nacional cumplió una década en el gobierno federal. Y la pregunta es inevitable: ¿Qué tanto cambiaron las cosas en México durante esta década de gobiernos azules?

¿Qué resultados tenemos al comparar 10 años de gobiernos panistas con los últimos 10 años de gobiernos priistas?

¿Hay algo qué celebrar?

Analicemos.



CRECIMIENTO ECONÓMICO



“Nuestra propuesta es cambiar la plataforma en la que se desarrolla la economía, para que pueda crecer al 7 por ciento. Otros países similares al nuestro lo han hecho”, solía decir Vicente Fox en el año 2000.

Era cierto. China e Irlanda, por ejemplo, habían crecido a tasas superiores al 7 por ciento durante la última década del siglo 20. En tanto que Chile y Corea lo habían hecho a más de 6 por ciento anual.

Sin embargo, la economía mexicana “apenas” había podido crecer a una tasa media de 3.5 por ciento, lo que equivalía a un crecimiento real de 40.5 por ciento en 10 años.

Para Fox, en su faceta de candidato del PAN, el crecimiento de México era mediocre porque a los priistas “les es imposible pensar en las políticas necesarias para lograr un crecimiento superior al 5 por ciento de la economía”.

¿Cuál ha sido el crecimiento económico durante la década panista?

No sólo no se logró la meta de 7 por ciento promedio, como prometió Fox.

Ni siquiera se alcanzó el ritmo de 3.5 por ciento que habían mantenido los priistas en la última década.

El resultado es peor. La economía mexicana sólo creció 18.7 por ciento en los últimos 10 años. Menos de la mitad del 40 por ciento que lograron los priistas.

Los gobiernos albiazules apenas lograron una tasa promedio anual de 1.75 por ciento.

En ambas décadas hubo un año de desastre económico.

En 1995, la economía mexicana se desplomó 6.21 por ciento por el “error de diciembre”.

En 2009, el PIB se contrajo 6.5 por ciento debido a la crisis económica mundial, la cual ha sido utilizada por los gobiernos panistas como justificante del pobre desempeño de la economía mexicana.

Sin embargo, ni así se salvan las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón. Aunque en 2009 la economía mexicana hubiera crecido 2.4 por ciento (la tasa promedio de los ocho años previos), en lugar de caer 6.5 por ciento, el crecimiento de la década panista habría sido inferior al alcanzado por los priistas, con todo y su “error de diciembre”.

En ese hipotético caso, el crecimiento habría llegado a 30 por ciento, 25 por ciento menos que con los priistas (40 por ciento).



EMPLEO

Sin crecimiento económico, no puede aumentar el empleo.

Ni el gobierno de Vicente Fox, ni el de Felipe Calderón, quien prometió ser “el presidente del empleo”, pudieron generar los 13 millones de puestos de trabajo que según Fox deberían haberse creado.

Según datos reportados por el IMSS hasta septiembre de 2010, en la década panista apenas fueron creados 2 millones 281 mil empleos formales, 420 mil menos que los 2 millones 701 mil generados en la última década priista. Y apenas 18 por ciento de los que prometió Fox en el año 2000.



INFLACIÓN

Lo que sí han logrado los gobiernos del PAN es mantener una razonable estabilidad de precios.

En los últimos 10 años, la tasa media de inflación anual fue de 5 por ciento. En cambio, en la última década priista fue de 40 por ciento en promedio.

De 2001 a 2010, los precios aumentaron 54 por ciento. En cambio, de 1991 a 2000, el incremento fue de 400 por ciento.



TIPO DE CAMBIO

¿Cómo lograron los gobiernos panistas contener la inflación?

Muchos analistas afirman que es el resultado de la política monetaria instrumentada por Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México. Priista, por cierto.

Y es que tanto la inflación como el tipo de cambio son responsabilidad del Banco de México, que se supone que es autónomo del Ejecutivo Federal.

Guillermo Ortiz, quien fue uno de los secretarios de Hacienda de Ernesto Zedillo, asumió el gobierno del Banco de México en 1998. Desde entonces mantuvo un tipo de cambio flexible cuyo valor sería determinado, al menos hipotéticamente, por la oferta y la demanda.

Esta política se tradujo en un abaratamiento del dólar, toda vez que las tasas de interés pagadas en México siempre han sido mucho más atractivas que las del extranjero.

A su vez, el abaratamiento del dólar incrementó artificialmente las importaciones, lo cual obligó a los productores nacionales a ajustar, aún más, sus precios a la baja.

Esta política cambiaria se fortaleció en la década panista por el flujo de divisas generado por las exportaciones petroleras.

El peso se devaluó 36 por ciento en la década panista. Con los priistas, la devaluación fue de 211 por ciento.



EXPORTACIONES PETROLERAS

Si para el gobierno de José López Portillo, la caída de los precios del petróleo fue el origen de su fracaso, para Fox y Calderón, el incremento de la cotización del crudo fue su salvación.

Durante la década panista, los ingresos provenientes de las exportaciones petroleras triplicaron los obtenidos por los gobiernos de la última década tricolor.

De 1991 a 2000, el valor de las exportaciones de crudo ascendió a 305 mil millones de dólares; en la última década priista, apenas fue de 97 mil 206 millones de dólares.

Estos ingresos no sólo permitieron que el presupuesto del gobierno federal se disparara de 1.3 billones de pesos a 3.4 billones en 10 años, sino que también sirvieron para incrementar la reserva de divisas.



RESERVAS

A pesar del “error de diciembre de 1994”, las reservas de divisas del Banco de México aumentaron 100 por ciento durante la última década priista.

A precios corrientes, el monto de reservas acumulado al cierre de 1991 era de 17 mil 546 millones de dólares.

Y aunque en 1994 cayeron a 6 mil 148 millones de dólares, para el año 2000 ya habían subido a 35 mil 585 millones de dólares.

Desde entonces, las reservas del Banco de México crecieron hasta llegar a 113 mil 687 millones de dólares al finalizar el tercer trimestre de 2010.

Aunque el crecimiento en números absolutos es impresionante, no lo es tanto con respecto al Producto Interno Bruto (PIB).

El incremento de las reservas internacionales equivale a 2.88 puntos del PIB; en el año 2000, representaban 6.83 puntos.

Sin embargo, el aumento de las reservas en términos absolutos sirvió para “fortalecer” al peso mexicano frente al dólar, abaratar las importaciones y financiar un explosivo gasto público.



DEUDA

Los extraordinarios ingresos petroleros sirvieron para financiar los crecientes gastos de la década panista, pero también aumentó la deuda pública.

Mientras que en el año 2000 la deuda del sector público representaba 23.3 por ciento del PIB, para 2010 ya equivalía a 33.9 por ciento.

En tan sólo 10 años, la deuda pública (externa e interna) había crecido más de 10 puntos del PIB.

El saldo de la deuda externa bruta del sector público en 2010 se ubicó en 100 mil 758 millones de dólares (9.7 por ciento del PIB), en tanto que la deuda interna bruta fue de 3 billones 162 mil 328 millones de pesos (24.2 por ciento del PIB).



‘GASTO SOCIAL’

¿Qué se hizo con tanto dinero? Una gran parte fue canalizada al “gasto social”.

En la década azul, los recursos destinados al gasto social crecieron 251 por ciento.

El programa Progresa del priista Ernesto Zedillo atendió a 2.5 millones de familias. Ahora, los datos oficiales señalan que son 5.8 millones de familias.

También aumentó el subsidio en términos reales. Mientras que en el gobierno de Zedillo cada beneficiario de Progresa recibió 4 mil 260 pesos anuales a precios de 2010, este año cada familia obtiene 8 mil 746 pesos.

El gasto en seguridad social para los no asalariados también subió.

En la década panista se creó el Seguro Popular, que absorbe 52 mil millones de pesos del presupuesto federal.



POBREZA

Sin embargo, todo indica que los programas sociales no han sido muy efectivos: la cantidad de pobres aumentó.

Mientras que en el año 2000 había 52.7 millones de pobres, las estimaciones de la ONU para 2010 apuntan a una cifra de 54.8 millones.

La noticia en sí es negativa, pero se vuelve trágica después de conocer los resultados que dio a conocer esta semana la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). En su informe más reciente, señala que en la mayoría de los nueve países estudiados, la pobreza bajó.

Por ejemplo, de 2008 a 2009, descendió en Brasil (de 25.8 a 24.9 por ciento), Paraguay (de 58.2 a 56), República Dominicana (de 44.3 a 41.1) y Uruguay (de 14 a 10.7).

De 2006 a 2009, el índice de pobreza de Argentina cayó de 21 a 11.3 por ciento, y en Chile de 13.7 a 11.5 por ciento.

En cambio, de 2008 a 2009, la pobreza aumentó en Costa Rica (de 16.4 a 18.9 por ciento) y Ecuador (de 39 a 40.2 por ciento).

En México, el incremento fue de 31.7 (2006) a 34.8 por ciento (2008).



GASTO CORRIENTE

No todo el dinero fue para los pobres. También recibieron los “ricos” del gobierno, tanto el federal como los estatales.



Y es que mientras el gasto corriente subió 1.5 puntos en términos del PIB en la década priista, ese índice se ubicó en 2.5 por ciento en los 10 años de gobierno panista.

El presupuesto federal para 2011 es de 3.4 billones de pesos. De esta cantidad, 2 billones son para el gasto corriente, que no es otra cosa que el gasto de operación del sector público.



MÁS DINERO PARA LOS GOBERNADORES

Y las arcas de los gobernadores no se quedan atrás.

Mientras que en la década priista las participaciones y transferencias representaban 4.3 puntos del PIB, con los gobiernos panista alcanzan ya 6.8 por ciento del PIB.



CRIMINALIDAD

Aunque el gobierno federal trata de convencer a los mexicanos de que va ganando su guerra contra la inseguridad, el fracaso es cada día más evidente.

El propio presidente Felipe Calderón lo reconoció así el domingo pasado:

“Sé, y bien lo sé, que en muchos ciudadanos existe incertidumbre, existe desaliento y pesar. Pero a todos ellos les digo que, con absoluta certeza, sí es posible someter a la delincuencia.

“Que no será fácil, que no será rápido, pero sí es posible tener la seguridad que anhelamos. Y que lo vamos a lograr, porque estamos decididos y porque vamos por más seguridad en nuestro país”.

Sin embargo, la violencia y las muertes están ahí. Todos los días. En todo el país.

Se estima que en la década priista, las ejecuciones y homicidios relacionados con la delincuencia organizada habrían llegado a 5 mil 600 casos (en realidad, no hay información precisa). En cambio, en la década panista, ya ascienden a 40 mil 217 víctimas.



CORRUPCIÓN

Quizá por eso los índices de corrupción no han bajado. De acuerdo con Transparencia Internacional, México ocupaba el lugar 51 en el concierto de las naciones. Hoy está en la posición 98 de 178 países.



COMPETITIVIDAD

Mientras que la pobreza, la violencia y la corrupción van al alza, México cayó 17 lugares en el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial de Davos.

En el año 2000 ocupaba el lugar 43. Hoy está en el 60 de 183 países.



PUDO HABER SIDO PEOR

Desde los años 80, los ingresos petroleros son el puntal más sólido de las finanzas públicas de México.

Más de la tercera parte del gasto público se financia con las exportaciones de crudo.

El desastre económico de la última década pudo haber sido peor. Lo que salvó la situación fue el incremento de los ingresos petroleros durante la década panista, que se triplicaron con respecto a los obtenidos en la última década tricolor.


Si los ingresos petroleros de los gobiernos de Fox y Calderón hubieran sido similares a los de la última década dominada por el PRI, hubieran tenido que contratar una deuda adicional de por lo menos 208 mil millones de dólares para financiar los gastos del gobierno.

Y lo más grave de todo es que estos ingresos extraordinarios no se derivaron del incremento de las exportaciones en términos de barriles (al contrario, México cada vez vende menos crudo), sino del aumento de los precios internacionales.

Si el crudo no se hubiera encarecido, el déficit de la balanza de pagos habría sido enorme. Y en este contexto, el error de diciembre habría sido un juego de niños.



¿Y LOS POBRES?

Muchos podrán pensar que los ingresos extraordinarios del petróleo sirvieron, fundamentalmente, para abatir los niveles de pobreza.

Al fin y al cabo, el diagnóstico que hizo Vicente Fox en el año 2000 señalaba que era inaceptable que “cerca de dos terceras partes de mexicanos están viviendo en pobreza”.

Sin embargo, la cantidad de pobres sigue siendo prácticamente la misma. Sobre todo si se toma en cuenta que en las cifras reportadas por la Encuesta Nacional de Gasto-Hogares no se incluyen los datos al 2010, que reflejan el severo impacto económico de 2009 con una baja del PIB semejante a la de 1996.

De acuerdo con un reporte del Banco Mundial citado por la Jornada, “si se toman en cuenta los 50.6 millones de pobres registrados en datos oficiales hasta 2008, se obtiene un total de 54.8 millones de mexicanos en esta condición a junio de 2009”.

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ENTREVISTA / CARLOS MEDINA PLASCENCIA

‘Sólo administramos el viejo sistema’

“Han pasado 10 años. Y en mi opinión, sólo hemos administrado el viejo sistema. No hemos cambiado nada”.

Es la reflexión que hace el ex gobernador panista Carlos Medina al hablar sobre lo que ha sucedido desde el 1 de diciembre del año 2000, cuando Vicente Fox tomó posesión como presidente de México.

“Yo recuerdo en dónde estaba aquel 1 de diciembre del 2000, así como también en dónde estaba el 2 de julio”.

También tiene presente que en aquellos días Fox le comentó: “Se me hace que sí ganamos Carlos, ahora viene lo bueno. ¿Cómo le vamos a hacer?”.

El también ex diputado federal comenta que el 1 de diciembre del 2000 se generó una gran esperanza en el país, pero, desafortunadamente, se fue desvaneciendo.

¿Por qué? Medina llegó a la conclusión de que en el momento en que se dio la alternancia, se diluyó “el poder de la presidencia imperial”.

Y no es que esto haya sido malo, sino que ese poder se “repartió” entre los gobernadores sin un proceso cívico de participación y empoderamiento de la ciudadanía.

Simplemente se dio un proceso de negociación con ellos para “llevar la fiesta en paz”. Los mandatarios estatales fueron recibiendo más y más recursos sin que existiera un sistema de rendición de cuentas.

“Este proceso de debilitamiento de la Presidencia de la República, que no estaría mal si se empoderara a la sociedad, ha traído como consecuencia que los virreyes en cada estado, los gobernadores, hacen y deshacen como les viene en gana”.



POLÍTICO POR ACCIDENTE

“Cuando mis amigos me preguntan que por qué no sigo en la política, les he comentado que de ser empresario, estuve prestado 21 años a la política”, dice Carlos Medina.

En 2011 cumplirá 20 años de haber tomado posesión como gobernador de Guanajuato.

Cuando ganó la gubernatura, el presidente Carlos Salinas estaba empeñado en firmar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

Antes de despachar en el Palacio de Gobierno, Medina Plascencia fue alcalde de León, Guanajuato. Fue el primer panista que llegó a la Presidencia Municipal de la ciudad más importante de Guanajuato.

Y, sin proponérselo, de pronto se vio investido como gobernador del estado. Después de un conflicto postelectoral –Vicente Fox exigía que se reconociera el triunfo de su correligionario–, se instaló en el poder estatal.

Aunque parece estar retirado de la política, no lo está. Medina no puede ocultar su emoción cuando habla de los temas públicos. De lo que falló en la alternancia y de lo que propone hacer.

Dice que ya no cree tanto en los partidos, ahora se inclina más por la sociedad. Por eso afirma que es necesario empoderar a la gente a través de la formación de observatorios ciudadanos que sirvan para evaluar y hasta certificar a los gobiernos.

Sostiene que hay que cambiar la cultura de la cerrazón. De no querer escuchar al otro. De no querer conectarse con los demás y sólo preocuparse del propio entorno. Es por ello que ahora promueve un negocio de “Networking”.

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ENTREVISTA / LINO KORRODI

‘No ganó el PAN, ganó la organización ciudadana’

“Mientras en este país no se llame a cuenta a los responsables y siga existiendo la impunidad, seguirá existiendo incredulidad y falta de confianza en las instituciones”, afirma Lino Korrodi.

Habla a 10 años de distancia de la toma de posesión de Vicente Fox como presidente de la República.

Quien fuera el gran amigo de Fox concluye que mientras prevalezca impunidad, los mexicanos seguirán sin confiar en sus gobernantes.

El empresario, que no comulga con los partidos políticos porque se han convertido en un monopolio que evita la participación real de la gente, hace su balance después de una década de la entrada del PAN a Los Pinos.

Recuerda que quienes estaban más interesados en evitar que Fox fuera el candidato del PAN a la Presidencia eran muchos notables panistas.

Por eso había que construir un movimiento ciudadano, para que el guanajuatense pudiera imponerse dentro de su propio partido.

Sin embargo, a lo largo del “gobierno del cambio”, Acción Nacional y el propio presidente de la República no sólo decidieron acabar con Amigos de Fox, sino que también persiguieron a Lino Korrodi inculpándolo de supuestas irregularidades en el financiamiento de la campaña política del guanajuatense.

Finalmente, el IFE, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales y la PGR determinaron que ni Lino, ni Amigos de Fox habían cometido irregularidad alguna.

Pero antes de que esa decisión se hiciera pública, Korrodi vivió una persecución por parte del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), que lo espió “mientras Fox aparecía en la revista Hola”.

Korrodi, quien hace 10 años daba la impresión de ser un poderoso ministro sin cartera del presidente Fox, cuenta ahora en entrevista que aquel 1 de diciembre de 2000 la gente tenía un “júbilo impresionante”, hasta tenían que “pellizcarse la carne para darse cuenta de que aquello que se vivía era cierto y que ese sueño del cambio podría ser verdad”.

Sin embargo, “la esperanza se derrumbó por un egoísmo impresionante”, dice el ex amigo de Fox.

Korrodi no olvida el “¡No nos falles, no nos falles!” de quienes se congregaron en el Ángel de la Independencia. También guarda en su memoria la tremenda impresión que causaba ver a la gente desbordada en las calles.

A 10 años de distancia, afirma que el balance es muy triste, que se siente avergonzado del sexenio de Fox.



Fuente: Reporte Indigo
Difusión: AMLOTV