■ Un preocupado Gamboa dice que sus compañeros están muy molestos
Ciro Pérez Silva y Roberto Garduño
Este jueves, la toma de la tribuna de San Lázaro transcurrió entre versiones de desalojo violento de los legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP) a manos de diputados priístas y panistas. Otro rumor fue que había la idea de ampliar la protesta al recinto alterno, y uno más, la de perredistas de Nueva Izquierda (NI), que volvieron a plantear escindirse del movimiento, como lo han hecho desde el 10 de abril.
“Hoy vi una nota en los medios; los veo muy temprano, los escucho, los veo por la noche, y hay un grupo muy importante de panistas, y ya le he dicho también al frente, y hay compañeros míos muy molestos, priístas que ya quieren ir a tomar el salón de sesiones. Yo rechazo la violencia. Lo que debemos hacer, mediante el diálogo, es tener comunicación con todas las fuerzas del país, llegar a acuerdos. Considero que estamos a punto de llegar a estos acuerdos”, dijo por la mañana el coordinador de los diputados del tricolor, Emilio Gamboa Patrón.
Ajenos a esta versión seguían apostados en la tribuna de la Cámara de Diputados los legisladores petistas Pablo Arreola, Julián Esparza y Abundio Peregrino; Martha Angélica Tagle, de Convergencia, y el perredista Emilio Ulloa; a su lado, un rompecabezas de mil piezas que una vez unidas forman la imagen de los Querubines, de Miguel Ángel; contaban también con tableros de ajedrez y de damas inglesas, así como libros y un nuevo análisis sobre la iniciativa de reforma a Petróleos Mexicanos (Pemex), que coincide con muchas de las que circulan en San Lázaro en el sentido de la inconstitucionalidad de la propuesta.
Finalmente, las declaraciones de Gamboa tuvieron su efecto, pues junto con versiones provenientes del Senado, de que entre las 13 y las 14 horas el FAP “levantaría la toma de la tribuna”, motivaron que una treintena de periodistas llegara en tropel al salón de plenos en espera de captar las imágenes y detalles de este suceso.
Pero sólo encontraron a un Emilio Ulloa sorprendido por el multitudinario arribo de comunicadores, a quienes les aclaró, micrófono en mano, que no se iban. “Nosotros no nos vamos a mover de la tribuna en tanto no se cumplan los requisitos que ya se plantearon aquí. Esperemos que exista la voluntad de los otros grupos parlamentarios para retomar nuestras propuestas y encontrar una solución inmediata a la situación que prevalece en el país. Que quede claro: no se levanta la toma. Cuando lo tengamos que hacer se los vamos a avisar con tiempo”.
La siguiente versión, la de ocupar también la tribuna de la sede alterna, surgió en la sesión plenaria del Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuando les avisaron que en el Edificio E se votaban los cambios al estatuto de gobierno del Distrito Federal en materia electoral. Una veintena de diputados se dijeron dispuestos a tomar esa otra tribuna, por considerar que la votación sobre esta minuta del Senado era un “albazo”, pero fueron contenidos por el resto de sus compañeros.
Fue un “terrible albazo”, lamentaba Alfonso Suárez del Real. “Esto indica cuáles son sus verdaderas intenciones (las de PRI y PAN). No es defender ni la institucionalidad ni la constitucionalidad, ni las leyes. Como estamos viendo son actitudes de revancha y de venganza que enturbian el desarrollo de cualquier país democrático”, pues afecta “gravemente” la autonomía del órgano electoral capitalino.
Se le comentó que esa aprobación fue gracias a la presencia en la sesión de los perredistas Victorio Montalvo, Lourdes Alonso y Moisés Dagdug.
“Respetamos las decisiones que tomen nuestros compañeros a nivel individual. Alguna razón tendrán y la expresarán en su momento. Nosotros seguimos firmes en la postura que de manera colectiva hemos asumido. Nadie nos obliga a estar aquí, es nuestra propia decisión, convicción, compromiso de lucha por algo que está por encima de muchas cosas”, dijo.
Explicó además que “la defensa de la expropiación petrolera es, para quienes estamos aquí, un asunto de principios y no cuestiones monetarias, como se ha querido hacer creer desde hace unos días, pero hoy estamos respondiendo de manera categórica: la defensa de la Constitución no tiene precio”.
La última versión –que en realidad ha circulado todos los días– impulsada por Nueva Izquierda, fue la de retirarse de la tribuna, como dijo ayer nuevamente Octavio Martínez, coordinador de dicho grupo, especie que, sin embargo, contrasta con el hecho de que no sólo no se retiran, sino que se han mantenido rondando por el salón de plenos desde el día de la ocupación.
El único dato nuevo es que del costado izquierdo del salón cuelga el gran mural bautizado como “Galería de los misóginos del Partido Acción Nacional”, en que se exhibe a los legisladores y legisladoras del blanquiazul que el pasado 11 de marzo agredieron a gritos a la diputada de Convergencia Layda Sansores. Entre varias expresiones de los panistas dedicadas a la diputada chiapaneca mientras ésta hablaba en tribuna, estuvo la de “¡tubo, tubo, tubo!”
Afuera, en la explanada, donde se ubicó originalmente el mural antes de ser desprendido por algunos aludidos, destacaban los nombres y rostros de Juan José Rodríguez Prats, vicecoordinador panista, en plena gesticulación; Gerardo Antonio Escaroz, José Nicolás Morales, Gregorio Barrada, Guillermo Fuentes, quien encabeza el cuadro de honor como “el mejor discípulo del góber precioso”, y las legisladoras Elia Hernández, Margarita García, Yolanda Mercedes Garmendia y Violeta del Pilar Lagunas. Al final, quedó la leyenda: “Visitas guiadas al mural de los misóginos panistas. Últimos días”.
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