martes, 20 de mayo de 2008
Negocios, terror y estado
Alberto Híjar
Como no hay elecciones en Europa, Calderón podrá acordar y contratar con la Unión Europea sin sobresaltos ni reclamos de violación de derechos humanos y corrupción rampante en México. Pero ojalá algo o alguien le recuerde los principios de conflicto de intereses e incompatibilidad que han sido integrados a la economía política europea, sobretodo a raíz del escándalo de la radiotelefonía y del capital financiero en España. En rigor, fue desde antes que un escándalo en Bruselas, en 1999, planteó la discusión de códigos de conducta y la delicatesse como salidas no penales a las trapacerías de funcionarios. Todo esto que parece discusión lingüística y juego simbólico, puede replicarse en los mismos términos que algún consejero recomendará a Calderón. Optimista, el fiscal Joaquín González, jefe de la Unidad de Consejo Judicial de la Oficina Europea de lucha contra el fraude y autor del libro Corrupción y justicia democrática, asegura la vía moral que lo hace decir: “nuestro sistema tiene suficiente salud moral y líderes capaces de hacer valer la virtud en la vida pública”. De toparse con Calderón, podría escucharse la exculpación del secretario de Gobernación Mouriño por la comisión parlamentaria especial que averiguó si hubo conflicto de intereses entre la empresa de la familia y el alto cargo en la política interna.Leer más...
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