Un proyecto educativo gubernamental que concitó el repudio estudiantil masivo en Chile amenaza a la presidencia de Michelle Bachelt. El movimiento, conocido como "la rebelión de los pingüinos" considera que dicha iniciativa la Ley General de Educación- pretende acabar con la educación pública e imponer una enseñanza de corte privado al servicio de la derecha. Estas manifestaciones, que mantienen al país en estado de efervescencia, prodrían ser reflejo de una crisis mayor....
Valparaíso, Chile. Ley Maldita. La LOCE fue dictada por Augusto Pinochet el último día de su mandato (10 de marzo de 1990). Se caracteriza por ordenar la desvinculación del Estado (ministerio de Educación) de sus responsabilidades formativas. Con la LOCE se dio un marco legal al traspaso de las escuelas y liceos públicos a los 345 municipios del país. Los municipios no tenían ninguna experiencia ni fueron preparados para asumir esa responsabilidad. Ahí se puede encontrar parte de los muy malos resultados que ha tenido la educación municpal chilena en todo tipo de evaluciones. La LOCE consolió la privatización de las actividades educativas.
Desde que la LOCE entró en vigor, la libertad de enseñanza -interpretada por la derecha como la libertad de hacer negocios en educación- se ha convertido en un prinipio intocable que hoy es defendido a muerte.
Con la llegada de los gobiernos concertacionistas (marzo de 1990) y pese a las expectativas generadas, poco o nada se ocuparon de mejorar la educación. De hecho, las universidades estatales fueron abandonadas a su suerte. Por ejemplo, la Universidd de Chile debe autofinanciar 80% de su presupuesto. Esto la obliga a cobrar a sus estudiantes altas mensualidades (que en promedio alcanzan los 400 dls.) y a endeudarse conla banca. Esta situación se reproduce en toda la educación superior. En la actualidad hay algunas universidades públicas que están a punto de cerrar definitivamente por falta de liquidez o por sus enormes e impagables deudas. Es el caso de la Universidad de Valparaíso.
La educación pública se ha deteriorado hasta extremos inconcebibles. En la reconocida medición internacional TIMMS, tomada en 2003, el sistema educativo chileno ocupó el lugar 41 entre 45 países encuestados. Para evitar bochornos mayores, el gobierno de la presidenta Bachelt decidió no participar en las evaluaciones que e realizaron en 2007.....
Fuente Proceso
lunes, 9 de junio de 2008
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